Pescaleon
PESCA en LEON
más que un deporte

Ultimas noticias - click para ampliar


Cargando noticias...
¿Se debe modificar el sistema de sorteo de cotos?




Total de votos actuales : 62     
El tiempo actual en León
El tiempo actual en León



Pesca & Suelta
Ríos Vivos
Ríos Limpios


DOMINGO, 31-AGOSTO-2008

Abandono en el coto del Cea

No hay nada tan efectivo como acotar un tramo de río saludable, limpio y habitado, para que inmediatamente comience su declive hasta alcanzar el deterioro profundo

FirmaOrdoño Llamas Gil LugarLeón

Como quiera que el número que me había tocado en el sorteo era de los peores y no había apenas plazas libres, decidí pedir el coto del Cea, río al que tuve en tiempos un especial afecto, ya que mi primera trucha la logré en él a los diez años, con una caña de escoba, un corcho rojo y cebo de lombriz. Después lo visité en algunas ocasiones con mi tío Fidel, quien era experto conocedor de los rincones donde se cobijaban las grandes truchas, de las que este río podía presumir de poseerlas. El pescaba todos los años varios ejemplares extraordinarios, que no se conseguían en ríos mayores como el Esla.

El día se presenta despejado y caluroso. Como ya estamos en julio no me hago ilusiones sobre el caudal de agua, pero sí de poder ver un coto con cierta dignidad, donde las sombras fugaces de algunas truchas me avisasen de su presencia, aunque resultase difícil engañarlas ya en las aguas paradas. Mientras me acerco a Almanza pienso en la estrategia que puedo emplear, y decido comenzar por la zona baja, que recuerdo que se halla por debajo de Villamorisca, pero iré atento al letrero del principio del coto. Al pasar el puente de Almanza ya me doy cuenta de que viene muy bajo. Paso algunos pueblos, como La Vega y Quintanilla sin encontrar el cartel mencionado, llegando a Villamorisca. Allí paro para consultar el librito de las notas, donde dice que comienza en La Vega y termina en Carrizal. Doy la vuelta y bajo hasta Quintanilla, que es el pueblo que tiene más despejado el camino de entrada y llego al puente. Echo una ojeada y me encuentro con que, efectivamente, viene muy bajo. No obstante, preparo la caña y me dedico a efectuar los lances en los pocos rincones algo profundos de las corrientes, primero por debajo del puente y después hacia arriba en las zonas remansadas. Dediqué dos horas a este menester, sin conseguir ver ni el más leve rastro de trucha o alevín que siguiera a la cucharilla, a pesar de poner sumo interés por hacer los lances largos, evitando ser visto. Solo encontré algo de vida en unas aguas someras de fondo de arena donde apenas una decena de gobios pequeños se hallaban instalados. Volví hasta el coche con idea de descansar un rato, mientras reflexionaba sobre la situación y el lugar al que podía trasladarme. Me parecía muy raro no haber encontrado a ningún pescador en toda la mañana. No dudé en prever que tampoco encontraría al guarda y tampoco tenía confianza en encontrar truchas. Decidí subir hasta el principio del coto, en Carrizal, donde sí hay un letrero con el plano del coto, manipulado con spray distorsionando la información, dentro de una finca separada de la carretera y sin ningún camino en este sitio. El camino lo hube de buscar por mi cuenta, siguiendo una vereda de carros o tractores, con muy mal firme de barro, que me llevó hasta otro puente, al lado del molino abandonado. Volví a las andadas tanteando el cabecero del puerto y vi algo de movimiento, por lo que opté por bajar hasta el propio puerto y comenzar allí los lances. Ya en la primera varada a la entrada de la presa me entró una trucha que no enganchó, pero que no daba la talla. Seguí subiendo y vi venir detrás a varias pequeñas, de las cuales enganché algunas. Esto me animó un poco y continué la ruta. Todo ello sucedía en las aguas paradas, donde adquirían un poco de profundidad. Hice un lance sobre la sombra de unas espadañas que crecían en la otra orilla, y nada más caer mordió una buena trucha, de unos 400 gramos, que pude sacar sin problemas. Esto se animaba y seguí pescando y sacando truchitas de 12 o 15 centímetros, hasta llegar de nuevo al puente. En este trayecto había visto tres truchas de más de la talla, una de ellas la que había pescado.

Ya más tranquilo y más cansado, decidí comer mi bocata y beber algo fresco de mi nevera. Repuestas las fuerzas, volví a intentarlo en el puerto, pero ya me conocían todas las pequeñitas, por lo que subí por encima del puente unos 200 metros, pero allí no se veían sombras, ni grandes ni pequeñas. Como última tentativa opté por bajar hasta Villamorisca, donde yo recordaba un puerto con cierta profundidad. Como no había letrero alguno, entré por el medio del pueblo, accediendo al río por otro camino de carros, y allí estaba el puerto al que deseaba llegar. En más de cien lances no fui capaz de ver o enganchar ninguna pintona, a pesar de que el lugar tenía muy buen aspecto. Solo en la profundidad de la otra orilla me pareció ver una sombra grande que se deslizaba lentamente, sin poder precisar si se trataba de trucha o barbo, que desapareció de inmediato. Probé en algunas corrientes, pero estaban desiertas de vida. Hasta aquí mi experiencia en el coto del Cea, perdido en los intrincados caminos de acceso sin señalizar, con un letrero desubicado y ensuciado en la entrada norte de Carrizal, único lugar del coto donde pude pescar una trucha y varias pequeñitas, casi todas iguales, como si perteneciesen a una misma camada o repoblación. En el resto de los lugares no pude ver ni sentir absolutamente nada, a pesar de que el agua estaba bien clara. Me pasé todo el día sin ver a ningún pescador y mucho menos al guarda, como supuse al principio, pues estará convencido de que nadie va a pescar donde no hay, y que solo podría recibir quejas de los pescadores que invertimos nuestro dinero y tiempo en aburrirnos y sentirnos engañados. La impresión que nos causa es la de un abandono total en todos los aspectos. Otro enigma de este río es el de comprobar que ya no existen las bogas ni los barbos que mi tío Felipe Morán, a la sazón herrero de Almanza, pescaba a red montado en un burro fabricado por él con juncos (nada de barcas). Llegaban hasta Puente Almuhey (?).

Y no es porque el río no mantenga una plaga de cebo natural de gusanos que sería capaz de alimentar a muchos cientos o miles de truchas o peces, sino todo lo contrario, que no hay truchas que puedan comérselos y por eso proliferan y se multiplican sin control.

Estoy absolutamente convencido de que no hay nada tan efectivo como acotar un tramo de río saludable, limpio y profusamente habitado, para que inmediatamente comience su declive, hasta terminar en un deterioro vital profundo, donde sólo recuerden su estatus las tablillas blancas que, desafiando una realidad incuestionable, ofenden cuando nos avisan de que aquello es un acotado de pesca legal, pero ficticio. ¡Fanfarronería pura! Esta situación no es imaginaria y nos la encontramos profusamente representada en los acotados de nuestra provincia. Solo unos pocos cotos privilegiados, por su situación, por sus repoblaciones periódicas, por su representatividad o bien por su vigilancia (casos contados) mantienen el tipo a duras penas. El resto se asemejan a ricos arruinados, que se van comiendo y empeñando todo su patrimonio hasta llegar a sostenerse solamente con la apariencia externa y viviendo de limosnas disimuladas, aunque les corroa íntimamente la pobreza.


Fuente: www.diariodeleon.com · © El Diario de León, S.A.

Origen: http://www.diariodeleon.es/se_deportes/noticia.jsp?CAT=105&TEXTO=7101361


No exiten comentarios sobre esta noticia.

Para enviar un comentario, es necesario estar registrado en el foro pescaleon



Página visualizada el Sábado, 04 de Mayo de 2024 a las 18:49:42
Conexión desde 52.14.130.13


Taller Agustin González

Chalet junto al Órbigo

Patagonia Chilena

El Canto del Gallo
 
 Aviso Legal
 Confidencialidad de Datos
 Política de Cookies
 Publicidad en Pescaleón>
 
Contacta
 Síguenos en Facebook
pesca & sueltaRíos VivosRíos Limpios

¿ Estás registrado en Pescaleón ?
   S͍  - Identifícate
   NO - Regístrate, es gratis

Haz click para entrar